Redacción Jhoana Delgado – Radio Marañón
La fiscal a cargo de la investigación, Dra. Emperatriz Caro Meléndez, logró la condena mediante la figura procesal de conclusión anticipada. Correa Becerra fue sentenciado a 25 años con 8 meses y 7 días de pena privativa de la libertad efectiva por el delito de feminicidio agravado, cometido en presencia de la hija de la víctima, una menor de 11 años.
En la audiencia judicial, la fiscal presentó pruebas contundentes que demostraron que el acusado ingresó a la vivienda de su prima hermana el 27 de marzo de 2023, enfurecido porque la cena no estaba lista. Sin contemplaciones, la atacó con un cuchillo en la cocina, arrebatándole la vida de manera instantánea. El impacto del crimen fue presenciado por la hija de la víctima y otras personas que salían del colegio en ese momento.
La frialdad del agresor, quien intentó escapar del lugar con el arma homicida en mano, no pasó desapercibida. Fue detenido por vecinos y entregado a la policía, enfrentando ahora una condena ejemplar por sus acciones. La sentencia representa un paso importante hacia la justicia y envía un mensaje claro sobre la intolerancia frente a la violencia de género en la sociedad.
Como se recuerda, en una tarde que debería haber sido como cualquier otra, la tragedia golpeó con fuerza a la comunidad jaena. El 27 de marzo del 2023, Luz Elena Cubas Becerra fue brutalmente asesinada en su propio hogar, presenciando el horror su hija de 11 años. La figura responsable de este crimen atroz fue su propio primo hermano, Marcelino Correa Becerra.
La investigación revela que Marcelino, quien trabajaba en construcción civil con su hermano, había solicitado le brinde el servicio de alimentación a la ahora fallecida. Esto llevó a que el investigado frecuentara la casa de Luz Elena.
La tarde fatídica, se desató cuando Luz Elena ingresó a la cocina para preparar la cena. Fue allí donde Marcelino la siguió y desató una tragedia que quedará grabada en la memoria de una niña de 11 años para siempre. La menor, junto a sus amigas, escuchó el grito desgarrador de su madre y corrió hacia la cocina. Presenció impotente cómo Marcelino forcejeaba con su madre, sosteniendo un cuchillo en la mano derecha. A pesar de los gritos de la niña, la tragedia continuó con múltiples cuchilladas.
Luz Elena, en un acto de valentía, pidió a su hija que apagara la cocina, consciente de que su vida se apagaba. La menor, después de cumplir con el último deseo de su madre, vio cómo esta se desvanecía. Vecinos y escolares que presenciaron la escena persiguieron y retuvieron a Marcelino, quien también resultó herido en el enfrentamiento. Un patrullero de Serenazgo lo trasladó al hospital para tratar las heridas en su brazo izquierdo causadas por el arma utilizada en el feminicidio.
