La presidenta explicó que, ante la creciente violencia en la comunidad, solicitaron el apoyo de la ronda de Jaén para asegurar la transparencia y seguridad en sus reuniones. Sin embargo, la situación se tornó más crítica cuando los agresores, en lugar de ser detenidos, presentaron denuncias en la comisaría de Chamaya.
Precisó que en la comisaría de Chamaya no solo se negaron a recibir su denuncia, sino que también recibió burlas y amenazas por parte de los policías presentes. Fue dirigida a la comisaría de Jaén, donde tampoco logró registrar su denuncia, ya que la atención se centró en las acusaciones de los agresores.
Como dirigente rondera, Catalina expresó su indignación ante la actitud de las autoridades policiales, criticando la falta de apoyo y la preferencia mostrada hacia los agresores en todo momento.