Un ejemplo es la planta de Gold Fields, que llegó a Lima la primera semana de enero, pero aún no puede ser instalada en el hospital de Bambamarca (Cajamarca) debido a trámites burocráticos ante la Diresa. Lo mismo ocurre en Puno con una planta donada para el distrito de Antauta, sin embargo, por tema de permisos y trámites no se puede poner en funcionamiento.
Pablo de La Flor, director Ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), sostuvo que plantas de oxígeno, que han sido donadas por las empresas mineras a las regiones, no están funcionando por culpa de la burocracia asfixiante que exige permisos para que puedan operar y salvar vidas de pacientes graves con covid-19.
“Varias de las plantas que hemos donado no están operativas por el burocratismo asfixiante que ya se ha convertido en uno de los rasgos más saltantes del quehacer nacional. Es realmente inverosímil. A propósito de esto, hemos estado coordinando con las autoridades, hemos reiterado esta convocatoria, para que nos puedan ayudar a poner en funcionamiento al tope de la capacidad de estas plantas”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).