«A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarles. Y eso continuaremos haciendo, hasta el final. Es esta la estrategia«, reconoció Macron en una entrevista concedida al diario Le Parisien.
El mandatario liberal utilizó en francés el verbo «emmerder», un registro coloquial que sorprende en un jefe de Estado y que se puede traducir como «joder», «molestar», «fastidiar» o «complicar la vida».
Sus declaraciones desataron una tormenta en la clase política, desde la izquierda radical hasta la extrema derecha, y alimentaron su imagen de arrogante.
También contribuyeron a suspender de nuevo el debate en la Asamblea Nacional, donde el gobierno es mayoritario, sobre la aprobación de un pasaporte de vacunación que sustituya al actual pasaporte sanitario.
Quinta ola
El ejecutivo quiere que esta nueva medida se aplique a mediados de enero en el país, inmerso en una severa quinta ola que el martes hizo que se registraran 271.686 nuevos casos en 24 horas, una cifra récord.
Si se aprueba, los mayores de 12 años sin vacunar no podrán ir a restaurantes, museos, gimnasios, cines ni usar ciertos transportes, aunque presenten una prueba de diagnóstico negativo de menos de 24 horas.