La organización reúne a cerca de cuarenta mujeres artesanas de la zona. Su presidenta, Santa Sabina Manayay Santiago, detalló cómo el arte de tejer se enseña de generación en generación y una pollera les toma hasta 8 días de trabajo para poder elaborarla.
“El tejido lo hacemos a mano… nos demoramos de tres a cuatro días una manta; una manta la puedo vender en 500 soles”, comentó la artesana.
Por su parte, el funcionario, Carlos Cruz resaltó que esta asociación se haya creado en la última comunidad quechuahablante de la provincia de Jaén, por lo cual, es necesario preservar y tecnificar sus costumbres ancestrales.
Asimismo, el funcionario señaló que esta asociación ya ha sido formalizada y reconocida por la Municipalidad Provincial de Jaén, por lo cual, las artesanas participan en ferias de emprendimientos locales donde ponen a la venta sus polleras, mantas, alforjas y productos tejidos.