Augostina Mayán: la defensora awajún amenazada por mineros ilegales en el Cenepa – Condorcanqui [Informe]

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A los 13 años, Augostina Mayán Apikai escapó de su comunidad en el Cenepa, una zona de la Amazonía peruana en la frontera con Ecuador. Lo hizo para huir de una costumbre awajún y de la voluntad de su padre, que quería que contraiga matrimonio, deje de estudiar, tenga hijos y obedezca a su marido. “Los tiempos han cambiado. Y yo quería seguir aprendiendo, ya sabía leer”, dice. Nunca imaginó que se graduaría de contadora, que regresaría para convertirse en una de las lideresas más importantes del Cenepa y que se tendría que enfrentar a mineros ilegales y mafias.

Las dragas extrayendo oro en el río Cenepa. Foto: Radio La voz de Bagua Grande.

Tantos retos y problemas, ha superado Augostina Mayán durante su vida como lideresa indígena awajún, que a veces le parece que no hay obstáculo que no pueda sortear. Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, hizo una maestría y viajó a España, Italia y Francia. Perteneció a la dirigencia de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), donde fue amenazada en el 2009 tras participar en el Baguazo, levantamiento de comunidades indígenas para reclamar por el respeto a la consulta previa frente a la propuesta de parte del Gobierno de promover concesiones en la Amazonía. Recuerda también que, aunque organizaciones de derechos humanos le ofrecieron en un momento apoyarla con los trámites para que se quede a vivir en Europa, decidió volver a su comunidad en Amazonas para retomar su lucha ambiental. Este regreso de la lideresa awajún vino acompañado de nuevos peligros.

En febrero de este año, recibió amenazas de muerte. Los que buscan amedrentarla, narra Augostina Mayán, la han acusado de brujería y quieren que deje su trabajo, su casa, que deje a sus padres. Desde que los mineros ilegales se instalaron en la Cordillera del Cóndor en el 2009 y en las riberas del río Cenepa en el 2016, han ofrecido dinero a algunos de los habitantes de la zona y hasta familiares de Mayán a cambio del alquiler de sus chacras para ampliar su área de explotación, precisa la dirigente. Les ofrecen hasta 3 mil soles y a los que están en contra, asegura, los quieren desaparecer.

Cordillera del Cóndor. Foto: Comunidad Amazónica de Acción Social Cordillera del Cóndor Mirador (Cascomi).

LA JUSTICIA AWAJÚN CONTRA LA INVASIÓN MINERA

Los mineros y sus negocios han prosperado en la zona fronteriza de la región Amazonas en Perú. En los territorios donde la Minera Afrodita quería explotar metales preciosos, ahora proliferan agujeros; han llegado inmigrantes de Ecuador a excavar en la zona, abriendo tajos en la Cordillera del Cóndor. En la parte baja, donde se ubica el río Cenepa, la minería ilegal la realizan colonos llegados de otras regiones del Perú y comuneros que no encuentran muchas formas de afrontar la falta de recursos, y la extracción del mineral se presenta como una forma de adquirir dinero rápido, indica Rocío Meza, abogada del Instituto de Defensa Legal (IDL) que brinda asistencia a las comunidades. Meza añade que se han colocado dragas en la ribera del río Cenepa para extraer oro.

Durante la pandemia se ha incrementado la actividad minera aluvial en las comunidades de Mamayaque, Kayamás, Nueva Vida, Mamayaque, Tutino, Omar Siete, San antonio, Aintam, Huampami, Canga y Kusu Pagata, todas ubicadas en la región Amazonas. Así lo han advertido organizaciones de derechos humanos, el Instituto de Defensa Legal (IDL) y CooperAcción. En la comunidad a la que pertenece Augostina Mayán, Nuevo Kanam, han llegado mineros colonos que se han instalado en la zona en alianza con algunos comuneros.

LA ARREMETIDA DE LOS MINEROS ILEGALES

El punto de quiebre en las tensiones que existían entre ODECOFROC y los mineros ilegales ocurrió el 14 de enero de este año. Ese día Augostina Mayán lideró el desalojo de mineros de su comunidad Nuevo Kanam. Cuenta que, aprovechándose de la situación económica y las muertes por la pandemia, presionaron a algunos habitantes de Nuevo Kanam para que les permitieran ingresar.

Cuando Augostina Mayán llegó a ver a sus padres ancianos, que viven en la zona, se encontró con las dragas y otros instrumentos que se usan para extraer el metal precioso a orillas del río, muy cerca de la propiedad de su familia. La lideresa indígena no pudo contener su indignación. Ella, que ha asistido a tantos congresos ambientales, conocía perfectamente lo que la extracción del oro le hacía a los ríos, sabía del mercurio y la contaminación que trae.

A los pocos días, realizaron una “interdicción” al estilo awajún. Cortaron las sogas que mantienen fijas las dragas y las echaron río abajo, “porque nadie le puede reclamar al río que devuelva”, dice Mayán. Esa acción desató la ira de los mineros.

Ese hecho dividió en dos a la comunidad, incluso un grupo de comuneros exigió a Mayán el pago de 15 mil soles por el material perdido. “Cuando ocurre un desalojo o interdicción comunitaria, ocurre un enfrentamiento y se genera violencia, agresiones, insultos”, comenta la abogada, Siu Lang Carrillo.

Desde enero, las amenazas han empezado a llegar a través de terceros, de vecinos o amigos que han escuchado sobre planes para atacar a la lideresa awajún. Uno de los mineros incluso fue a la casa de los padres de Augostina Mayán para amenazarla. “Le dijeron a mi padre que ellos viven de la minería, que no tengo derecho a desalojarlos y que me cuide. Lo insultaron y mi padre que sufre de presión alta tuvo un desmayo”, cuenta exaltada.

Unos meses después, en marzo, la radio comunitaria de la organización ODECOFROC sufrió un ataque. “Los candados estaban malgastados, la puerta estaba semiabierta, la mesa donde está la transmisora estaba inclinada y los cables mezclados. Han querido cruzar con energía eléctrica y como no sabían, lo dejaron así. Los pedestales y micrófonos estaban caídos, y el cable que más se ha dañado es el que se utiliza para transmitir música”, denunció Zebelio Kayap .

A pesar de las amenazas y problemas de seguridad en la zona, Augostina Mayán no quiere dejar el Cenepa ni abandonar la lucha ambiental en su comunidad.

Las dragas extrayendo oro en el río Cenepa. Foto: Radio La voz de Bagua Grande.

LA LUCHA POR CONSEGUIR PROTECCIÓN

América Latina es una de las regiones más peligrosas para los defensores ambientales. En Perú, entre el 2020 y 2021, la Defensoría del Pueblo ha reportado la muerte de ocho líderes indígenas. A Nelly Aedo Rueda, jefa del Programa de Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo, le preocupa la situación, señala que las actividades ilegales han aumentado con la pandemia y con eso se está poniendo en riesgo la vida de muchos defensores ambientales.

El caso de Augostina Mayán y de sus compañeros Hortez Baitug y Zebelio Kayap ha llamado la atención. “Conocemos lo sucedido y hemos empezado a alertar del problema”, señala Aedo. Agrega, además, que “ninguna autoridad que tenga competencia en el tema puede decir que desconoce el riesgo que viven los defensores en el Cenepa, sería inaceptable que no actuaran frente a esta situación”.

Entre febrero y marzo, la Defensoría del Pueblo emitió por lo menos unos seis oficios dirigidos al Ministerio Público, Ministerio de Energía y Minas, Ministerio del Interior, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y el Ministerio de Relaciones Exteriores para informar el peligro de la minería ilegal y las amenazas a líderes indígenas en el Cenepa.

La lideresa awajún no se cansa de denunciar la poca presencia de autoridades estatales en la zona. Para ella, su mejor protección es su familia, su comunidad y los que creen en ella.

Augostina Mayán en su visita a Lima. Foto: Gloria Alvitres.

Publicación de Mongabay Latam (Periodismo ambiental independiente)

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