Durante su discurso, el Monseñor Carlos Castillo hizo una comparación del antes y ahora en el Perú, ya que vivimos «similares dificultades» como las previas al «despegue como República».
«Ayer: caudillismos, ambiciones particulares, ambigüedades, tibiezas y complicidades con el colonialismo, traiciones, apetitos de poder, corrupción, nostalgias aristócratas», dijo.
«Hoy: instituciones públicas deficientes y corroídas ante las necesidades de seguridad, salud, trabajo, educación de calidad, equilibrio ecológico, organización autónoma solidaria, desarrollo de poblaciones originarias, y otras demandas de nuestro pueblo; enorme crisis política con fondo viral de corrupción y encubrimiento al servicio de intereses particulares; indiferencia, individualismos, intereses de grupo, mafias», aseveró.
«Retirarse para lograr el bien común»
Asimismo, mencionó lo que hizo José de San Martín, quien fue a hablar con Simón Bolívar para pedirle que tome el mando, pero al no aceptar esta propuesta, San Martín deja el mando como muestra de desprendimiento.
«Don José comprendió que para lograr el bien común del Perú, había que hacer un acto adecuado y justo de desprendimiento que permitiera una acción efectiva que culminase la guerra. Por ello, decidió algo más hondo todavía: retirarse para dejar paso a quien tenía las fuerzas preparadas para que no retrocediera el proceso libertario y republicano», aseveró.
Gareca y Kimberly
El Arzobispo de Lima concluyó su discurso mencionando que la tarea nacional es «volver siempre al fundamento de la sensibilidad fundadora de la Patria», la cual debe construirse con generosidad, heroísmo, martirio, «amando gratuitamente a todos y cada uno de los peruanos y peruanas».
En ese sentido, mencionó al ahora exdirector técnico de la selección peruana, Ricardo Gareca, que en las últimas semanas se despidió del Perú, debido a que no renovó contrato con la Federación Peruana de Fútbol, por desacuerdos con los directivos.
También, puso de ejemplo a Kimberly García, bicampeana mundial de marcha atlética, quien confesó que no ha recibido apoyo de las autoridades peruanas.
«Las imágenes de Ricardo Gareca y de Kimberly García, desbordantes de generosidad, alentadores de nuestra esperanza, pero maltratados por el egoísmo estrecho de intereses equivocados, nos reafirman en esta misión», agregó el Monseñor.
Con redacción de RPP